Columna de Macarena Sáez Kramm
Gerente General Austral Incuba UACh
Nos cambiamos de casa. Recién terminamos de celebrar los 12 años de Austral Incuba, cuando comenzamos a embalar historias, recuerdos y archivos que aún no han sido relegados por la digitalización.
La restauración de la casa Holzapfel, que nos acogió desde septiembre de 2005, nos puso en la ruta de un revitalizante viaje a la semilla. Volvimos a la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la UACh, alma mater de formación y sueños, y donde nos han recibido cálida y gentilmente para iniciar un plan de colaboración basado en la conexion del mundo académico con la realidad y necesidades del sector empresarial para dinamizar la eclosión del emprendimiento innovador intra UACh.
En el fragor de la mudanza, imposible no detenerse en una imagen: 30 de septiembre de 2005, el MAC recibe a autoridades, académicos y empresarios para darle la bienvenida a esta cosa extraña y sin precedentes en Chile que se llama incubadora de negocios. Solo sabíamos que los emprendedores y la innovación serían protagonistas, de la mano de Corfo y nuestra querida UACh.
Hoy, tras evaluar 1000 proyectos, crear 130 empresas, egresar a 42 compañías que juntas venden más de US$18 millones y ser reconocidos con la mayor valorización de portafolio (US$26,2milones) de entre las incubadoras regionales apoyadas por Corfo, podemos decir que algo de ese sueño se ha cumplido.
Hasta Valdivia llegan a incubarse emprendedores desde Valparaíso a Magallanes, con soluciones innovadoras para la acuicultura, agroindustria, salud y silvicultura. Hemos incubado desde nuevos materiales con partículas de cobre y plata para mejorar la inocuidad de los alimentos, hasta el cultivo aeropónico de vegetales que ahorra un 70% de agua; enzimas extraídas de descartes de la acuicultura para detectar drogas, hoy usadas por el FBI; hasta revolucionarios sistemas para el diagnóstico del Alzheimer y la diabetes. Estos son algunos ejemplos de tecnologías que nos maravillan y entusiasman para seguir apoyando a nuevas generaciones de emprendedores dinámicos y comprometidos con una economía consciente, colaborativa y basada en el conocimiento.
La dispersión geográfica de nuestros clientes, especialización sectorial y compromiso con un modelo de incubación personalizada han sido desafíos constantes. La internetizacion y el trabajo colaborativo con núcleos dinamizadores nos permitirá abordar esta nueva era de incubación deslocalizada y virtual. Pero sin los emprendedores que han confiado en nosotros y sin los consejeros y directores que han apoyado y valorado nuestra labor, nada de esto sería posible. Vaya para ellos un sincero agradecimiento y nuestro compromiso de seguir generando impacto social y económico desde el sur para el mundo.